lunes, 28 de junio de 2010

Por un Uruguay Democrático y Sin Exclusiones

Entre la euforia mundialista que trajo el triunfo de la selección uruguaya, el frio de junio y una humedad penetrante, se cumplieron 37 años del golpe civico militar del 27 de junio de 1973.
Hoy lunes 28 se realizó un acto para recibir la entrega de lo que fue la proclama de aquél impactante acto que se realizó en el Obelisco en la postrimería de lo que fue la Dictadura Civico Militar. En ese "Rio de Libertad" como se recuerda aquella instancia aparecía la tela que hoy se incorporó al Museo de la Memoria, que lucía la siguiente leyenda: "Por un Uruguay Democrático sin Exclusiones"

Esta expresión viene muy bien en la actual coyuntura. Se aplica tal cual en materia de Derechos Humanos.

Este junio, además de futbol, frio y lluvia, trae también mal "olor". Me refiero al mal olor que puede generar una posible propuesta de "Derogación" para la Ley de Impunidad. Derogar la Ley de Caducidad, no va a cambiar la condena que la Corte Interamericana de Justicia le aplicará a Uruguay por haber violado las normas internacionales en materia de Derechos Humanos.
Derogar la Ley no va a quitarle su inconstitucionalidad declarada por los tres Poderes del Estado. Derogar la ley no tiene los efectos retroactivos, y por
lo tanto la violación de las normas seguirá consagrada. Lo que si hará tal acción derogatoria es aliviar alguna conciencia, disfrazar el cumplimiento de las obligaciones internacionales, al tiempo revolcar nuestra dignidad.
También lograría convalidar una País con Exclusiones, lo contrario de lo que
indica aquella leyenda que hoy se homenajea.
Los compañeros desaparecidos, los compañeros torturados, serán excluidos de la
posibilidad de acceso a la Justicia. Los torturadores y asesinos quedarán
excluidos de comparecer ante la Justicia.

Este junio debe convocar a todos los uruguayos y uruguayas a manifestarse para
golpear a la Impunidad que, con el sustento de complicidades, se mantiene hiriente y desafiante en el Uruguay 2010, luego de 37 años de atropello.

Fernando Schreiber

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