Esta pasada semana asistimos a varios hechos relevantes en relación al tema de los DD.HH.
El canciller Almagro comunicó oficialmente que Uruguay tendrá la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos con sede en Suiza durante el próximo año y medio. "Esto va a requerir un esfuerzo especial de nuestra parte. Uruguay representa además al GRUPO LATINOAMERICANO Y CARIBE. Una gran responsabilidad en un momento donde, simultaneamente, la Cámara de Representantes del Parlamento de nuestro país, no logró sancionar una ley interpretativa para que no fuera de aplicación general la declarada inconstitucional Ley de la Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. El horror jurídico que consagró legalmente la Impunidad en el año 1986, y que sigue vigente.
Al mismo tiempo se cerró una nueva etapa que comenzó en el anterior período de gobierno, que podemos catalogar como la "consagración de la indignidad".
Al inicio del anterior período de gobierno con el Presidente Vazquez, el tema de la Anulación de la Ley de Caducidad, de su inconstitucionalidad, de la sistemática violación de los tratados en materia de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Público,no estaba en la agenda política de los Partidos, incluido el partido de gobierno, el FA. Esto llevó a que los movimientos sociales tomaran la bandera de la defensa de los derechos de los familiares de detenidos desaparecidos, de los torturados, de los perseguidos por el Terrorismo de Estado. Desde los sectores sociales se presionó para una busqueda de los desaparecidos en los cuarteles nacionales, la reparación integral a las víctimas del Terrorismo de Estado, y la remoción de todos los obstáculos juridicos para el esclarecimiento de los hechos, la verdad y el sometimiento de los culpables a la justicia.
La historia de lo ocurrido ya la conocemos. Hubo que recurrir a una reforma de la constitución por iniciativa popular para tratar de eliminar el mayor obstáculo jurídico que es la incostitucional ley de impunidad.
Todo este proceso estuvo cargado de dificultades, marchas y contramarchas, indignidades, y cuantas chicanas uno puede llegar a imaginarse.
El proceso que a partir de febrero de este año se impulsó, la posibilidad de anular la ley por vía legislativa, lo que se debió haberse hecho desde un inicio hace ya mucho tiempo, pero que no estaba en la agenda politica, fue de una desprolijidad absoluta que borró con el codo todo lo que se habia hecho en el período anterior. Y asistimos finalmente a lo que fue la crónica anunciada de una acción fallida.
El 19 de mayo asistimos al final de la crónica y a la culminación de la fallida acción.
Hoy ya escuchamos palabras de que "estamos en una nueva etapa", que hay que "pensar en la derogación", que hay que lograr un acuerdo entre los distintos partidos, etc.
Lo concreto es que la ley de la Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado sigue vigente, sigue siendo declarada inconstitucional, nuestro parlamento la mantiene, y seguimos violando las normas internacionales en materia de los DD.HH., aun teniendo a nuestro cargo la presidencia en DD.HH. a nivel de la Organización de Naciones Unidas.
Finalmente el día 20 de mayo se hizo una nueva marcha (la 16a.) por VERDAD Y JUSTICIA. Más gente, mas familia y mas juventud que en todas las anteriores. Una reacción silenciosa al dolor de lo ocurrido durante la jornada anterior y esa misma.
El partido de gobierno (Frente Amplio) mostró todas las contradicciones y debilidades que encierra, y tuvo un desempeño lamentable en todo el proceso. Nuestro presidente, presidente llevado a su puesto por la fueza política, mostro todas las facetas cambiantes que le han caracterizado sobre este tema desde hace varios años. Y como te dice una cosa, te dice la otra, dijo todas las variantes y variaciones que se pueden imagina. Lamentable.
La lucha por los Desaparecidos, por los torturados, por la victimas del Terrorismo de Estado continuará. En la lucha diaria, en todos los ambitos, en todos los niveles.
A la fuerza política que no supo estar a la altura de lo que es nuestra historia, este paso fallido, le deberá costar. Y seguramente por izquierda y por derecha, lo terminará pagando. Y es lo justo!
