Hoy el compañero presidente en su programa "Habla el Presidente" nos comunicó de su problema de insomnio, en virtud que el trabajo intelectual le roba horas al cuerpo.
Por suerte el Presidente nos dijo que va a atender las recomendaciones médicas y hará a partir de este fin de semana un cambio en sus rutinas en el ejercicio de su cargo.
Pero no preocupa sólo la salud del compañero Presidente. Preocupa también la salud de varios otros compañeros que ocupan altos cargos. A muchos de ellos los conozco desde hace muchos años. Durante mucho tiempo compartimos ámbitos de trabajo militante o de trabajo intelectual. Su aspecto no cambió mucho durante todos esos años, más allá del paso de los años y los rastros que ello va dejando. A lo largo del último período de gobierno, y en particular para algunos que han asumido cargos en los últimos 75 días, se ha notado un llamativo aumento de peso. Sobresalen de los sacos y las camperas muestras de sobrepeso y en muchos casos excesivo sobrepeso.
Quizás la cantidad de presentaciones, reuniones, ceremonias, etc. que van acompañadas de bocaditos, bebidas cola, y en algunos casos bebidas alcoholicas, esté conspirando contra la salud de estos compañeros. Acaso la obesidad no es un problema social? No se ha dicho que la obesidad produce efectos tan nosivos en la sociedad, como lo hace el cigarrillo?
Uniendo esto con otro aspecto que ha manifestado nuestro Presidente, la necesidad de generar ahorros en el Estado. Me pregunto si no habrá llegado el momento de terminar con esos brindis de medio día y de fin de la tarde que habitualmente nos muestran los informativos cuando comentan los eventos de la jornada y muestran las entrevistas que le realizan a ciertas personalidades políticas con un fondo de bocas trabajando incansablemente.
F.S.
viernes, 14 de mayo de 2010
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