martes, 27 de abril de 2010

Habla el Presidente.

El presidente de la República, nuestro presidente, ha dicho en su audición de habla el Presidente, algunos conceptos llamativos. Por un lado expresó que piensa que no hay conciliación posible. Que es legítimo que los familiares de detenidos desaparecidos, que por ejemplo perdieron a su hijo, no vayan a conciliarse nunca con aquellos que lo desaparecieron. Que es legítimo que tengan sed absoluta de saber qué sucedió con sus familiares. Y por su puesto que es legítimo, y además es justo y normal que quieran saber qué pasó con ellos. Por otra parte también dijo el Presidente que es entendible que otros que están convencidos que cumplieron un papel histórico en defensa de las Instituciones quieran dar vuelta la página. Habría que saber quienes son los que estan convencidos que cumplieron un papel histórico en defensa de las Instituciones. Los civiles y militares que torturaron, asesinaron, secuestraron a hombres, mujeres y niños, robaron bienes, desaparecieron a compatriotas, ¿ellos serían algunos de los que actuaron en defensa de las Instituciones? ¿Para qué está entonces la Justicia.? ¿No es ésta quién tiene que dirimir los conflictos que se presentan para determinar si alguien es responsable por violar las normas que la sociedad se ha dado?
Pero todavía hay algo adicional. Dice el presidente que para el futuro el rol de las fuerzas armadas en garantizar la convivencia democrática de una sociedad que tiene que aprender a convivir sin conciliar. Y lo tienen que hacer desde un profundo conciencia que no se tienen que prestar a aventuras que pongan en riesgo la seguridad institucional y social. Me pregunto ¿estas Fuerzas Armadas que no tienen cometidos claramente establecidos y que tienen una imágen de desprecio por amplios sectores de la sociedad, son estas Fuerzas Armadas las que tienen que garantizar la conviviencia con disputas y la seguridad social?
¿Qué clase de superindividuos corporativizados serían que no estuvieran tentados o estuvieran a resguardo de presetarse a aventuras? ¿Acaso no tenemos claros indicios de funcionarios de otras reparticiones que se han visto tentados por la impunidad o por la soberbia y han metido la mano en la lata, o han tenido desviaciones? Los militares que no dicen la verdad, que ocultan información, que han mentido, ¿ estos son los que deben garantizar?
¿Es posible que desde la impunidad se pueda otorgar este rol garantista a esta Institución Armada, cuando la Justicia no puede actuar?

Es preocupante sumar a este tipo de razonamiento, las encuestas que saca simultaneamente Cifra, las declaraciones de algunos referentes políticos. Todo ello está poniendo en la consideración pública una sistemática prédica de dar por terminado el tema de la violación de los DD.HH. por parte de la dictadura cívico militar y pasar a dar vuelta la página. Lo único que se contrapone a ello es el avance del fallo que provendrá de la Corte Interamericana de Justicia, que condenará a Uruguay por violar (una nueva instancia donde el Uruguay viola normas) normas fundamentales del Derecho Internacional y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en el caso de Macarena Gelman.


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Una vez más, el presidente José Mujica habló de la necesidad de la sociedad de convivir con las Fuerzas Armadas. "Nos parece lógico que haya gente que clame por justicia y luche por ella (...) y que haya gente que piense que en realidad cumplió un papel histórico y hay que dar vuelta la página (...) pero no hay ninguna cosa más importante hacia el futuro que armar la convivencia", afirmó.
En su audición radial de hoy de M24, el presidente José Mujica volvió a referirse a la relación entre la sociedad y los militares, haciendo un llamado enfático en la "convivencia", pero sin pedir a nadie que abdique de su forma de pensar.
"Lo único que podemos entender es que tenemos que aprender a convivir con todas esas fenomenales diferencias de interpretación, y todas valen", dijo el presidente.
Mujica insistió en que en un futuro, cuando haya alguna crisis mundial que ponga en riesgo la estabilidad del país, es necesario que los militares estén allí para salvaguardar las instituciones y no lo contrario.
"Esa garantía va a estar dada cuando en el corazón y en el sentir de los futuros aparatos armados haya conciencia clara y definida que no hay que prestarse a ninguna aventura que pueda poner en peligro la convivencia institucional y social", dijo el mandatario.
"La gran garantía para ese entonces son aparatos armados que tengan bien claro que su papel es que se mantenga en esos momentos la estabilidad que permita la convivencia con disputas, con dimes y diretes, y que los permitan y garanticen", agregó.
"Desgraciadamente en América Latina hemos visto muchas veces que los aparatos armados se hacían con el poder o servían de escalón para coartar la lucha por el poder de carácter legítimo", puntualizó el presidente.
Convivir, no conciliar
Para José Mujica, Uruguay tiene que "ir creando las bases de una sana convivencia que no significa renunciamiento a nada".
"Nos parece lógico que haya gente que clame por justicia y luche por ella en nuestra sociedad. Nos parece lógico que haya gente que piense que en realidad cumplió un papel histórico y hay que dar vuelta la página (...) Ni se da vuelta la página ni lo otro. Cada cual seguirá con su forma de pensar y sentir. El arte de lo que podemos hacer es aprender a andar juntos sin abdicar ni conciliar nada, cada cual con su mochila", continuó. "Ninguna cosa más importante hacia el futuro que armar la convivencia"
"La tesis es muy simple. No es con respecto al ayer u hoy que hay que estar de acuerdo. No significa que haya que andar de la mano a los besitos. Significa tener tareas en común que nuestra sociedad debe tener que intentar resolver, cada cual desde donde está", afirmó Mujica.
"El concepto de convivir es muy superior al concepto de reconciliar. Porque el de reconciliar parte de algo imposible, que es pedir a la gente que abdique y pedirle a la gente que abdique es pedirle que renuncie a su libertad. El de convivir parte de la idea básica que es respetar las distintas formas de interpretación de la libertad que cada cual tiene". concluyó.

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