domingo, 21 de marzo de 2010

Uruguay a nivel Internacional

La participación seria de nuestro país en el ambito internacional es de la máxima importancia.
Según surge de la nota que sigue, Uruguay esta participando y está aspirando a participar de instancias internacionales que son claves para reforzar nuestro posicionamiento a nivel mundial.
Esto no puede estar sólo en la consideración de reducidos cuadros técnicos o políticos. Tiene que tener amplia difusión y tiene que tener participación en el intercambio de visiones de la ciudadanía.


"Uruguay es un firme candidato a integrar por dos años el Consejo de Seguridad"
José Luis Cancela
Para el representante permanente uruguayo ante las Naciones Unidas, el embajador José Luis Cancela, Uruguay es un firme candidato a integrar uno de los diez puestos no permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización. En una charla con El País, el diplomático se refirió en detalle a esta posibilidad, que considera muy viable y positiva para afianzar las relaciones internacionales y el prestigio del país. También ahondó en las misiones de paz de Naciones Unidas, donde los militares uruguayos tienen un gran protagonismo y son ampliamente reconocidos, y profundizó en lo que él llama "marca Uruguay" en el concierto internacional.

-¿En julio de 2008 Uruguay presentó oficialmente su candidatura para ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el período 2016-2017?
-La presentación de esta candidatura es un corolario de la política exterior del país, su tradición y su imagen internacional. En efecto, el Uruguay se ha destacado por su apego y defensa del derecho internacional, su compromiso con el multilateralismo y su contribución a la paz mundial. Estas líneas que caracterizan a la acción internacional de la República desde los comienzos de su vida independiente le han valido un lugar de reconocimiento y respeto en el concierto de las naciones. Uruguay propuso tempranamente, en 1907, el arbitraje obligatorio para la solución pacífica de controversias, dos destacados juristas compatriotas, Armand Ugón y Eduardo Jiménez de Aréchaga, fueron elegidos jueces de la Corte Internacional de Justicia y nuestro país, que estuvo ya presente en la Sociedad de Naciones, fue uno de los cincuenta y un miembros fundadores de Naciones Unidas en 1945. Todo esto le ha significado al país un importante reconocimiento internacional como un Estado respetuoso de las normas, confiable, articulador y moderador en el escenario internacional. Esta función, siempre apreciada, resulta aún más necesaria en el complejo panorama mundial contemporáneo.
-¿Cree que se ha mantenido esa tradición?
-Sí, se ha mantenido y se ha continuado desarrollando. Como nuestro país es el décimo contribuyente de tropas para las misiones de paz de Naciones Unidas a nivel mundial, en términos absolutos y sin duda, es el primero per cápita. Los cascos azules llevan la paz a lugares devastados por la guerra y participan en tareas de reconstrucción y asistencia humanitaria a poblaciones gravemente afectadas por este flagelo. La labor de nuestros efectivos, particularmente en lugares tan sensibles y necesitados de la cooperación internacional como Haití y Congo, es ampliamente reconocida. Prueba de ello fue la invitación cursada por el Presidente Obama al entonces Presidente Vázquez para participar en una reunión de países contribuyentes de tropas a las Operaciones de Mantenimiento de la Paz en el marco de la Asamblea General de NN.UU. Uruguay fue el único país del hemisferio que estuvo presente en ese encuentro de doce Jefes de Estado, con excepción de los convocantes, claro está. Por otra parte, en diciembre de 2008, nuestro país fue electo para integrar la Comisión de Consolidación de la Paz de las NN.UU., órgano nuevo creado en 2005, que se ocupa de las tareas de reconstrucción post-conflicto y abre la puerta a la cooperación internacional en áreas políticas, económicas, sociales y de seguridad en los Estados concernientes. Asimismo, Uruguay fue reelecto en mayo de 2009 para integrar el Consejo de Derechos Humanos, donde despliega una activa gestión en defensa y promoción de estos principios y valores esenciales de la convivencia. Integramos también la Junta Ejecutiva de UNICEF que realiza una tarea sustancial de apoyo a la infancia y somos, cada año, los promotores y coordinadores de la resolución de NN.UU. sobre los Derechos del Niño. También integramos el Consejo Económico y Social de la Organización y tratamos de colaborar activamente en la consecución de los Objetivos del Milenio. Por último, y en relación al tema específico de la paz y seguridad internacionales, responsabilidad primordial del Consejo de Seguridad, fuimos elegidos en el 64 período de sesiones, para presidir la Comisión de Desarme y Seguridad Internacional de la Asamblea General. Hace muy pocos días, tuvimos el honor de ser propuestos por el Movimiento de Países No Alineados, del que somos observadores, para ocupar una de las vicepresidencias de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares que sesionará en Nueva York durante el próximo mes de mayo.
-El Consejo de Seguridad es un órgano que trata asuntos delicados de la política internacional. Esto puede implicar presiones y opciones complejas para sus integrantes, especialmente para los más pequeños. ¿Cabe recordar la situación vivida por algunos países de la región en ocasión de la invasión a Irak?
-El Consejo de Seguridad y la Asamblea General son los órganos principales del sistema de Naciones Unidas. Aquel es una suerte de "Directorio" internacional y está integrado por las cinco potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial y diez miembros no permanentes, electos por la Asamblea General, que se renuevan cada dos años. Efectivamente, la participación en este órgano supone opinar y decidir sobre los principales asuntos de la agenda global. Se trata de temas difíciles en los que muchas veces las opciones no son en blanco y negro y que se dan en el marco de la política de poder con todas las presiones y urgencias que ello conlleva. Realidad que, por otra parte, no es exclusiva del Consejo de Seguridad sino que se verifica en la mayoría de los órganos del sistema y en los otros ámbitos multilaterales de los que Uruguay forma parte. Sin embargo, también es verdad que la visibilidad y la capacidad de negociación de los países que pasan a formar parte del Consejo aumenta de manera considerable con el consiguiente fortalecimiento del valor "prestigio" y de la capacidad de incidencia en los asuntos internacionales. Son numerosos los países en desarrollo de África, Asia y América Latina que han ocupado y ocupan asientos de miembros no permanentes en este órgano. El Uruguay ocupó este puesto sólo una vez en el período 1965-1966. Si estamos de acuerdo en que nuestro país no puede estar aislado en el concierto internacional y en que la compleja realidad mundial de nuestros días requiere, para un Estado como el nuestro, estar presente de manera activa en los diversos escenarios, diversificando sus relaciones exteriores y teniendo tantos amigos como sea posible, es razonable concluir que la participación en el Consejo de Seguridad podría constituir un aporte significativo del Uruguay a la comunidad internacional y traducirse en un fortalecimiento de nuestra imagen y nuestra proyección exterior. Por último pero no menos importante, la acción del Uruguay en este órgano se desarrollará dentro de los lineamientos de su política exterior basada en el multilateralismo y el respeto al Derecho Internacional, de conformidad con los principios de la Carta de Naciones Unidas.
-¿Qué beneficios concretos aporta para nuestro país?
-En primer lugar, la voz y la incidencia de Uruguay en los asuntos internacionales se verán potenciadas. Esto refuerza su prestigio, su presencia y su seguridad. En segundo lugar, quisiera hacer referencia a un aspecto que es menos evidente pero igualmente importante. Cuando nuestros exportadores salen a vender al mundo, van precedidos de la "marca país". Cuando un comprador se enfrenta a un producto, sin perjuicio de las cualidades intrínsecas de éste y de la relación calidad-precio, siempre subyace una referencia a su lugar de proveniencia. Cada uno de nosotros, en su vida diaria, valora elementos vinculados con la reputación e imagen que tiene el lugar de producción de un determinado bien. Por eso, cuanto más conocida sea la marca "Uruguay", más prestigiosa y más confiable, mayores serán, presumiblemente, nuestras oportunidades comerciales. Y esto quiere decir más trabajo para los uruguayos. También puede traducirse en mejores posibilidades de acceder a la colaboración y cooperación internacional. En definitiva, estos aspectos contribuyen al objetivo que el Presidente Mujica ha señalado como la prioridad fundamental del gobierno: eliminar la indigencia y reducir la pobreza.
-¿Cómo ve las posibilidades reales de que Uruguay alcance los votos de la Asamblea General requeridos para lograr esta candidatura?
-Creo que el país tiene credenciales suficientes como para esperar razonablemente, una conclusión exitosa de este proceso. Como se desprende de lo ya dicho, Uruguay cumple ampliamente con el requisito de contribuir a la paz y seguridad internacionales exigido por el art. 23 de la Carta de NN.UU. Este proceso se inició con la administración Vázquez, se continúa consolidando durante la actual y se hará efectiva con el próximo gobierno. Se trata de un objetivo de política exterior de Estado que nos compromete a todos los uruguayos. Como ha manifestado el canciller Luis Almagro, para un país como Uruguay resulta esencial una política exterior de Estado y con ella estamos comprometidos. Estamos trabajando duramente. Hemos conseguido ya apoyos importantes y continuamos en esta tarea. Pero además seguimos impulsando acciones que demuestran el compromiso y la contribución del país con el derecho y la paz internacionales y que reafirman la legitimidad de nuestra aspiración.

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