Uruguay obtuvo un muy buen resultado durante el último mundial de futbol.
Quizás sorprendió a la inmensa mayoría de los compatriotas, aunque seguramente hoy habrá muchos que argumentan que lo habian vaticinado o explicitado previamente.
Es cierto que ese resultado favorable logró varios impactos destacables. A través de la imágen millones de personas en el mundo conocieron a una selección, a sus jugadores y a una referencia de país que seguramente no conocían. A través de su juego y los resultados obtenidos la cotización de los jugadores, del técnico y de los clubes para los que aquellos juegan, se vio acrecentada sensiblemente. Tuvo un resultado de motivación a la interna del país, luego de muchisimos años de descreimiento y angustia. Se logró mostrar, lo que ya se habia aplicado hacia otras actividades de la vida pública en el país, el "Sí es posible, sí se puede".
Todo este episodio positivo en lo expresado, tiene otro lado que en lo personal me lleva a reflexionar que no hemos aprendido mucho. El mercado y sus condiciones va logrando desgastar lo que se habia erigido como una gran enseñanza, una buena demostración de trabajo, humildad, esfuerzo sistemático, etc.
Ni bien empezaban a apagarse las luces del estadio en Sud Africa, empezaron las señales mercantiles referidas a la dirección de la selección. Y alli se involucró al Estado para poder pagar la de un equipo técnico deportivo, con valores que están lejos de la diaria realidad.
Luego se aplicó la imagen de la celeste hasta el agotamiento en todo tipo de publicidad. Y ahora el Ministerio de Turismo cierra un contrato por un año con Pablo Forlan, a valores que no se entienden, para que promocione el turismo del País.
Se va a argumentar que el costo es ínfimo para la repercusión que se tendrá en impacto sobre el público objetivo. Quizás sea así, pero no deja de ser para muchos no entendible. Alguien que vio favorecido su patrimonio deportivo y económico, por haber participado en la selección de su país, que cobró por dicha participación y que obtuvo su cuota parte sobre las utilidades obtenidas por el resultado alcanzado, así como el reconocimiento internacional y personal que le ha abierto innumerables ámbitos. Se siente orgulloso de poder realizar algo por su país, pero el Estado a través del MINTUR, le aporta una cifra inalcanzable para muchos. Marketing, Marketing Internacional, pero a costa de valores y de enterrar una posibilidad de modificar mensajes que durante los últimos 15 años se fueron inponiendo en nuestra sociedad.
Seguramente esta visión es sumamente polémica, pero es una posición, compartida por otras personas que se expresan en el mismo sentido, y como tal válida para un intercambio fundamentado que permita abordar los diferentes aspectos sobre este tema.
Fernando Schreiber
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario